sábado, 7 de junio de 2014

LA CARNE: ¿ SI O NO ?


Hola estimad@s amig@s: Traigo a la "palestra" un breve trabajo de una conocida y posiblemente también conocida . Se trata de la Dra.Odile Fernández.
Particularmente se que es nadar contra corriente; pero se hace necesario que al menos se conozca que implica el consumo de la CARNE y luego que cada un@ obre según su albedrío.
Un abrazo.

ALIMENTOS A LOS QUE DEBEMOS DECIR ¡NO!
¿Por qué no a la carne ?
El consumo de grandes cantidades de carne roja se ha asociado a un incremento en la posibilidad de sufrir cáncer, principalmente cáncer de colon-recto, esófago, estómago, próstata, vejiga y mama.
Por cada ración de carne roja que ingiramos el riesgo de muerte por cualquier causa se incrementa en un 13%, según un estudio publicado por el Doctor Sinha.
Rollo Rusell, en sus “Notas sobre las causas del cáncer”. Dice: “He encontrado que, de veinticinco países que consumen mucha carne, diecinueve tenían un índice elevado de cáncer, y sólo uno, un índice bajo; y de treinta y cinco países que consumen poco o nada de carne, todos tenían un índice bajo”.
Tipos de carne:
Las carnes magras son las que presentan menos de un 10% de materia grasa. De forma genérica entran en este grupo las de caballo, ternera, conejo y pollo.
Las consideradas carnes grasas son las que tienen un contenido en grasa superior al 10%, son la de cordero, cerdo y pato.
Relación cáncer-carne
1.- La carne es rica en grasas saturadas y grasas trans, grasas asociadas con un mayor riesgo de cáncer de cualquier tipo. Las dietas ricas en grasas estimulan la producción de estrógenos, en particular de estradiol, que en altos niveles se asocia al cáncer de mama.
2.- El contenido de fibra en la carne es nulo y ésta es una de las razones por las que el consumo de carne se asocia con el cáncer de colon.
3.- Los animales que comemos suelen ser alimentados con piensos ricos en omega 6 y esto produce inflamación, y ya hemos visto que la inflamación crónica produce cáncer.
4.- La carne está cargada de tóxicos. La carne contiene en promedio catorce veces más pesticidas que los productos vegetales.
La leche contiene casi seis veces más. Hasta los bebés lactantes consumen productos tóxicos procedentes de la carne, ya que, sin saberlo, su propia madre se los transmite a su bebé por su propio consumo de carne y leche.
¿Qué tóxicos hay en la carne?
Durante la cocción de la carne se generan sustancias cancerígenas, como las aminas heterocíclicas y benzopirenos, ambas potentes agentes relacionados con el cáncer. Si freímos la carne o la cocinamos a la brasa la producción de estas sustancias es aún mayor.
Tan pronto como se mata un animal, su carne comienza a pudrirse y, pasados unos días, se torna de un color gris verdoso enfermizo. La industria disfraza este descoloramiento agregando nitritos, nitratos y otros preservativos para darla a la carne un color rojo brillante. Si no fuera por estos aditivos el color café-grisáceo de la carne muerta desanimaría a muchos compradores. Los nitritos y nitratos utilizados son potentes agentes cancerígenos.
Desde que el animal muere, su carne empieza a pudrirse, igual que le pasa a los humanos. En su descomposición se producen sustancias tóxicas, como cadaverinas, putresfaccinas, leucomanías, ácido láctico. ¡Al comer carne estamos comiendo cadáveres!.
En la carne también encontramos grandes cantidades de arsénico, el cual se ha relacionado con el cáncer de vejiga, riñón, hígado y pulmón.
El dietilestilestro (DEE) es una hormona usada para incrementar el crecimiento de los animales y es un potente cancerígeno.
La carne, además, suele estar envasada en plásticos con sustancias como el bisfenol A. Estas sustancias emigran a la carne que consumimos y se relacionan con la aparición de cáncer de mama y de próstata.
¿Qué partes de la carne acumulan más tóxicos?.
Las vísceras como el hígado, los riñones y la sangre (morcilla) son las que más tóxicos acumulan. Los embutidos tampoco son nada recomendables, contienen mucha grasa y aditivos como nitratos, nitritos, sulfitos y potenciadores del sabor como el glutamato. Si además los embutidos son cocidos y ahumados, apaga y vámonos, pues la cantidad de tóxicos es aún mayor, por ejemplo el bacón cocido y ahumado.

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