martes, 30 de septiembre de 2014

ARANDANO NEGRO...

Continuamos con "todo acerca del arándano negro".
Las antocianidinas ( antioxidantes ) del arándano han demostrado ofrecer una protección significativa contra las úlceras gástricas. Estimulan la producción del mucus protector de la mucosa del estómago. Tratándose de úlceras de estómago o duodeno no dejen de añadir Aloe a los cócteles de Arándanos.
Son muy aconsejables en Radiactividad, Radioterapia, Escáner y todo tipo de radiografías por su acción protectora del daño provocado por radicales libres los cócteles de arándano negro silvestre, granada y aloe son muy aconsejables desde unos tres días antes y varios días después de someterse a radioterapia.
El arándano negro inhibe el cáncer de próstata androgenosensible ( hay varios estudios que el autor del libro, Marc Ams, cita con detalle ). Lo recomienda junto al zumo de granada y aloe; igualmente en la hipertrofia prostática. Los arándanos son muy beneficiosos contra los oxiuros, parásitos intestinales. Estos frutos libran a los niños y adultos de estos molestos intrusos. La leche de semillas de calabaza con o sin ajo es una excelente ayuda en estos casos y uniendo cócteles de arándano, granada y aloe.
SEGUIREMOS MAÑANA...

lunes, 29 de septiembre de 2014

ARANDANO NEGRO SILVESTRE: BENEFACTOR DE NUESTRA SALUD.

Os traigo acá algunas pinceladas del libro que acabo de leer y que por su extraordinario aporte en lo que a salud se refiere creo realmente que hay que compartirlo

. He conectado con mi amigo, el autor del libro, Marc Ams y me ha dado permiso para llevarlo adelante. El libro lo adquirí en la Dietética Ecovital (Alicante) Tfnos: 670912927 y 965925993. Durante unos días iré subiendo textos de su contenido: "Todo acerca del arándano negro". Cuando conecté con Marc y tras lo que en los textos aporta, le comenté que dónde podría adquirir el arándano al que hace referencia ya que tenía que ser "silvestre" y lo que yo conocía de la dietética no lo era: Me habló de una casa alemana y lo pedí en Ecovital y tras las gestiones oportunas lo tengo en mi poder. No puedo hablar de sus efectos en mi porque llevo dos días ingiriéndolo; pero a decir de lo que he investigado y leído espero que nos aporte grandes beneficios.
"Esta fruta es sumamente positiva para desinflamar y corregir la hiperpermeabilidad intestinal o síndrome del intestino poroso, para prevención o tratamiento del Alzheimer incipiente, memoria, antiaging neuronal, envejecimiento neurológico, declive cognitivo, ictus, derrame cerebral. Las antocianidinas ( poderosos antioxidantes ) contenidos en los arándanos ayudan a evitar estos ataques al fortalecer los vasos y prevenir la formación de coágulos y ateromas. En la prevención primaria - sujetos sanos- se considera suficiente con tomar un vaso de jugo arándanos silvestres dos veces a la semana. En la prevención secundaria - quienes ya han padecido un ataque o crisis, la prescripción será de un vaso a diario o en días alternos".
MAÑANA SEGUIREMOS..................

lunes, 15 de septiembre de 2014

ACEITE DE SALMON


Traemos hoy unas notas en torno al aceite de salmón por ser rico en Omega 3; pero remarcando que por encima de dicho ejemplar tenemos que señalar a la caballa. Esta ocuparía la primera posición en contenido y riqueza de tal aceite.
ACEITE DE SALMON
Rico en Omega 3 y muy útil para bajar niveles de colesterol.
El colesterol es un elemento vital importante y necesario para la formación de membranas celulares y de hormonas; pero cuando el nivel de colesterol sobrepasa determinados valores, en torno a 200 mg/dl, se convierte en un problema para la salud que afecta ya a millones de personas. Muchas de ellas deben ingerir diariamente medicamentos (reductores de lípidos). El exceso de colesterol perjudica los vasos sanguíneos, provocando que en algunos puntos sean más estrechos y obstaculizando, de este modo, el flujo sanguíneo. Ello provoca irremediablemente que los tejidos y los órganos corporales no reciban la suficiente nutrición, un factor de riesgo que perjudica el bienestar general y que acelera el proceso de envejecimiento.
El colesterol exógeno ( que viene de fuera) se adquiere a través de los alimentos y el endógeno, por la producción propia del organismo. En realidad, casi todas las células pueden producir colesterol por lo que la ingestión adicional es necesaria sólo hasta cierto punto. El organismo se encarga de que, con una alimentación adecuada, no se produzca una sobrecarga en la circulación sanguínea. Los ácidos grasos no saturados ((buenos) transportan el colesterol, evitando que se deposite en las paredes de los vasos.
Los esquimales de Groenlandia consumen con su alimentación aproximadamente 14 g. de aceite de pescado al día y, contrariamente a nosotros, sufren raras veces de arterioesclerosis. Los científicos coinciden en la opinión de que las causas de esta diferente sintomatología se encuentran en el alto consumo diario de ácidos grasos omega 3, contenidos en el aceite de pescado. Estas sustancias grasas actúan en diferentes puntos del cuerpo, evitando reacciones nocivas.
En los últimos años, se han llevado a cabo numerosos estudios acerca de los efectos beneficiosos de los ácidos grasos omega 3 sobre el metabolismo. Administrándolo durante un tiempo prolongado, el aceite de salmón reduce el nivel de colesterol, protege contra la arterioesclerosis, aumenta la elasticidad de los vasos sanguíneos y evita su destrucción en casos de diabetes, insuficiencias renales, reuma y gota, baja la presión sanguínea, reduce la psoriasis y las enfermedades bronquiales.
Para que el riesgo que representa el colesterol disminuya considerablemente, se recomienda:
• limitar el consumo de grasas y aceites animales; saturadas ( malas).
• tomar alimentos ricos en fibra y mucha verdura.
• hacer ejercicio físico; nada de sedentarismo. Ejercicio adaptado a las posibilidades de cada uno.
• ingerir el reductor natural de lípidos: el aceite de salmón. También tomar pescado azul, ricos en omega 3. Los pescados más ricos son: la caballa y el salmón.

jueves, 11 de septiembre de 2014

AUTOCOMPASION

Lo he tomado del diario "El país"  porque me parece válido.

Autocompasión o el arte de no machacarse

Por:  08 de septiembre de 2014
Autocompasion
Recuerda aquel momento en el que has deseado que la tierra te tragase por algo que has dicho desafortunado: un mensaje de whatsapp que no ha hecho gracia, un malentendido en casa o un trabajo que no ha gustado… En ese momento, se despierta el juez que llevamos dentro y comenzamos a maldecirnos: “Mira que soy tonto” o subimos el tono con palabras más “bonitas”. Y lo peor de todo ello es que, además, lo podemos recordar durante días, meses o, incluso, años. No hace falta decir que este tipo de comentarios nos pueden hacer profundamente infelices. Pero tenemos buenas noticias al respecto. Existe un antídoto, que las investigaciones han corroborado: entrenar la autocompasión o la autoaceptación, que no hemos de confundir con la autoestima.
La autocompasión significa ser amable y comprensivo con nosotros mismos, en especial ante nuestros errores. En vez de machacarnos por lo torpes que somos, aceptar que no somos perfectos y que nos podemos equivocar. Eso no significa ser condescendientes, “pasar de todo” o no desarrollar la empatía para reconocer que podemos hacer daño sin querer. No, la autocompasión está relacionado con la responsabilidad de nuestros actos, pero sin el sufrimiento innecesario como ha demostrado la ciencia.
Investigadores de las universidades de Texas y Kentucky analizaron el grado de autocompasión de los estudiantes. Midieron cuál era su nivel de optimismo y de felicidad. Pues bien, los jóvenes que encajaban mejor sus errores mostraban más niveles de felicidad y de optimismo. Pero no solo eso, estaban además más capacitados para ver las cosas en su justa medida (es decir, no abrir dramas innecesarios), sentir compasión por otras personas y ser extravertidos. También se comprobó que los estudiantes más autocompasivos tenían la capacidad de aprender mejor de sus errores. Esto es una gran noticia: a veces sentimos que necesitamos machacarnos para no relajarnos y dar el “do de pecho” en todo cuanto hacemos. Sin embargo, las investigaciones demuestran que cuanto más autocompasivos seamos, más capacidad de mejora tenemos. Por ello, desmontemos un mito innecesario.
Mark Leary y sus colegas analizaron casos de personas que estaban atravesando una mala racha y llegaron a una conclusión interesante: “En momentos complicados la autocompasión es más efectiva que la autoestima”.
“Si una persona aprende a sentirse mejor consigo misma pero sigue castigándose cada vez que fracasa o comete un error, será incapaz de superar sus dificultades sin ponerse a la defensiva”, Mark Leary.
Una última investigación. Hace unos años, Kristin Neff  y Roos Vonk publicaron un artículo en una revista de gran relevancia científica en el que medían las diferencias de la autoestima con respecto a la autocompasión. Resultado: la autocompasión tiene la capacidad de hacernos prever sentimientos positivos de un modo más estable que la autoestima. La capacidad de saber perdonarnos nos ayuda a dejar de compararnos tanto con otros y a reducir nuestra rumia interna o nuestro enfado. Así pues, si queremos ser felices, puede ser más eficaz entrenar la autocompasión que la autoestima.
¿Cómo podemos entrenar nuestra autocompasión?
  • Amabilidad con nosotros mismos. Si una persona que apreciamos, hubiera cometido el error por el que nos estamos castigando, ¿le trataríamos del mismo modo? Seguramente, no. Y no creo que necesitemos hacernos tanto daño para prestar más atención en el futuro. Por lo tanto, añade un poco de amabilidad en lo que te dices.
  • Reconocer “la humanidad compartida”, como dicen Kristin Neff  y Roos Vonk. Al fin y al cabo, todos nos equivocamos. Es maravilloso darse cuenta de que no eres el único que puede mandar un whatsapp desafortunado o el que dice una bobada en un grupo de amigos. En la medida que uno sea capaz de perdonarse a sí mismo, es capaz de mirar con más dulzura los errores del resto, en especial, aquellos que afectan a uno mismo.
  • Relativizar. Si revisamos los errores de nuestro pasado que parecían auténticas hecatombes como suspender un examen o que nos dijera que no un chico o una chica, podemos darnos cuenta que algo muy sano es equilibrar el error. Ante nuestros errores, si además sabemos ponerlos en su justa medida, aprenderemos a sufrir menos.
Breins, J.G, Chen, S. (2012). Self-Compassion Increases Self-Improvement Motivation. Personality and Social Psychology Bulletin, 38, 1131 – 1143.
K. D. Neff, & R. Vonk. (2009). Self-compassion versus global self-esteem: Two different ways of relating to oneself. Journal of Personality, 77(1), 23-50. doi: 10.1111/j.1467-6494.2008.00537.x
Leary, M. R., Tate, E. B., Adams, C. E., Allen, A. B., & Hancock, J. (2007). Self-compassion and reactions to unpleasant self-relevant events: The implications of treating oneself kindly. Journal of Personality and Social Psychology, 92, 887- 904

lunes, 8 de septiembre de 2014

FRASE A REFLEXIONAR

He aquí una frase para reflexionar. Se la debemos a Sócrates ( filósofo griego, nacido cinco siglos antes de Cristo ).

" Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad, en caso contrario, abstente de ayudarle".

miércoles, 3 de septiembre de 2014


Vamos a recordar algo que sería muy positivo tener presente, si realmente nos interesa nuestra salud cotidiana.

Alimentos Neuronales. Buenos a nuestro cerebro y por ende al resto de nuestro organismo:

Tenemos que eliminar aquellos que lo perjudican. Tanto para curar el cerebro, mejorarlo o evitarle problemas, el doctor Holford ha establecido diez reglas de oro que deben aplicarse a la dieta cotidiana. Incluimos esta referencia por coincidencia en un alto porcentaje con nuestra filosofía de nutrición. Recordar que el Dr. P. Hol-ford es una autoridad mundial en el tema que nos ocupa.
Come alimentos integrales, desde cereales integrales, lentejas, judías y nueces, hasta semillas, frutas y hortalizas frescas, y evita los alimentos refinados, blancos y demasiado cocidos.
Toma cinco o más raciones de fruta y hortalizas cada día, eligiendo las de hoja y raíz, como berro, zanaho-rias, boniato, brécol, coles de Bruselas, espinacas, ju-días verdes o pimientos, crudos o ligeramente hervi-dos. Opta por las frutas frescas como manzanas, pe-ras, bayas, melones o cítricos y come plátanos con moderación. Diluye los zumos frutales y toma fruta se-ca sólo de modo ocasional, en pequeñas cantidades y remojada.
Toma cuatro o más raciones diarias de cereales com-pletos como arroz, mijo, centeno, avena, trigo, maíz o quinoa, en forma de granos, pan y pasta integrales. Evita cualquier forma de azúcar y los alimentos que la llevan añadida.
Combina los alimentos de proteínas con los carbohi-dratos, ingiriendo cereales y frutas con nueces o semi-llas, y asegúrate de consumir productos de fécula, co-mo patatas, pan, pasta o arroz, junto con pescado, len-tejas, judías o tofu (requesón de soja).
Nuestra humilde experiencia nos mueve a significar que si guardamos y cumplimos con las reglas de com-binación de alimentos los resultados serán más positi-vos; pero no olvidamos que estamos en un nivel nutri-cional más limitado que el Dr. Holford.
Ingiere pescado de especies carnívoras de agua fría. Una ración de arenques, caballa, salmón o atún fresco, dos o tres veces a la semana es una buena fuente de ácidos grasos omega-3, al igual que hay que incluir en la dieta las fuentes de proteína vegetal, como las lentejas, judías, quinoa, tofu y hortalizas de semilla. Si tomas proteína de origen animal, elige carne de lomo o pescado. Nosotros abogamos por obtener el Omega-3 del lino negro. Pensamos que si la dolencia es “importante” hay que suprimir radicalmente el pescado.
Come huevos, preferiblemente de granja, orgánicos y altos en ácidos grasos omega-3. Come semillas. Las mejores son las de lino, calabaza, girasol y sésamo. Las aprovecharás mejor moliéndolas primero y espar-ciéndolas sobre cereales, sopas y ensaladas.
Consume aceites de semillas prensados en frío, tanto para aliñar las ensaladas y las verduras.
Minimiza la ingestión de alimentos fritos, productos procesados y grasas saturadas procedentes de la car-ne y los lácteos.