martes, 24 de marzo de 2015

SISTEMA INMUNOLOGICO Y PROBIOTICOS



Hace unos días ya escribía sobre los probióticos pero me parece importante resaltar su papel en el mantenimiento de un sistema inmunológico sano.

Nuestro intestino está integrado por numerosas bacterias beneficiosas. Éstas se alimentan de fibras no digeribles y al hacerlo, proporcionan energía, los compuestos inmunes y un ambiente intestinal sano. Cuando acontece un programa digestivo inadecuado y una dieta desequilibrada se puede inducir a la proliferación de bacterias indeseables, condición conocida como disbiosis.

La proliferación de bacterias "malas" puede significar un detonante en la producción de condiciones digestivas como el síndrome de intestino irritable, diarrea, alergia, gases y distensión abdominal.

Sin embargo, las bacterias beneficiosas son responsables de la producción de ácidos como el butírico que es fuente de combustible metabólico para las células que recubren el tracto gastrointestinal.

La utilización de probióticos puede favorecer las condiciones adecuadas en este ambiente intestinal saludable.

Las bacterias lactobacillus tienen la capacidad de descomponer las proteínas y las grasas en sus

partes componentes, así como la lactosa. Este hecho es muy importante en aquellas personas con in­ tolerancia a la lactosa.

Los efectos beneficiosos de las bacterias intestinales se producen a través de la fermentación de la fibra en el tracto gastrointestinal, produciendo, como ya se ha mencionado, diversos ácidos orgánicos. Estos ácidos tienen el efecto de reducir el pH intestinal y crear un entorno indeseable para las bacterias patógenas residentes y no residentes (parásitos y levaduras). También producen peróxido de hidrógeno, una sustancia potente con carácter antibiótico con gran capacidad para evitar la proliferación de bacterias dañinas y compite por el espacio de implantación en la pared intestinal.

Por ejemplo, dentro de estos mecanismos saludables de los probióticos se observan los beneficios en infección por Cándida albicans, en primer lugar, aumentando la acidez intestinal, compitiendo con la cándida por el alimento y compi­ tiendo con la cándida por el lugar de implantación en la pared intestinal.

Los tratamientos antibióticos, en una situación de debilidad inmunitaria, además de alterar la flora intestinal beneficiosa, con las consecuencias subyacentes, causan un mayor déficit en el sistema defensivo. Aunque, en ocasiones, tenga que utilizarse un tratamiento de este tipo deberá considerarse siempre la utilización de probióticos para equilibrar la situación.

Los probióticos producen meta bolitos como el ácido láctico y sustancias antibióticas denominadas bacteriocinas que inhiben el crecimiento de microorganismos de putrefacción. Parece ser que estos metabolitos proporcionan un apoyo inmunitario y acción antiiflamatoria.
De este modo, la flora intestinal adecuada es imprescindible para .un sistema inmunológico correcto ya que la mucosa intestinal es ·primera línea de defensa, impidiendo el alojamiento de patógenos invasores.
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  • Juan Cantos Naturópata
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